Ante la precaria situación en la que se encontraban todos los enseres del patrimonio de las procesiones de la Semana Santa torrevejense y la provisionalidad de los distintos lugares que habían ocupado los miembros de la Junta Mayor de Cofradías para sus reuniones (casas particulares de presidentes, salón junto a la pila bautismal en la iglesia de la Inmaculada, salón de la espalda de la iglesia donde se formó «El gallinero»), el ayuntamiento finalmente se compromete a dar solución al problema que con tanta insistencia había puesto de manifiesto la Junta Mayor.

El día 12 de septiembre de 1989, se reunieron en la sede de la Junta Mayor, piso de propiedad municipal en la plaza de la Constitución, el alcalde de la ciudad, don Pedro Hernández Mateo, y el concejal de urbanismo, don Ángel Carda Martínez, quienes expresaron su preocupación por la falta de un lugar donde guardar y conservar los tronos y demás accesorios de la Semana Santa. García Martínez informó que después de no haberse perfeccionado la cesión que el ayuntamiento hizo en su día, por no ser los terrenos ofrecidos en el año 1987 propiedad municipal, había localizado un terreno, del que sí era titular el municipio, en la urbanización Los Ángeles, junto con el alcalde, don Pedro Ángel Hernández Mateo, y el componente de la Junta Mayor don Francisco Reyes Prieto Pérez.

En dicha reunión, la Junta Mayor de Cofradías aceptó por unanimidad el proyecto de cesión y construcción de lo que hoy es el museo de la Semana Santa.

Así hasta llegar al 3 de febrero de 1991, cuando se colocó la primera piedra del museo, al que más tarde se le añadiría el nombre del incondicional director artístico de la Junta Mayor de Cofradías, hijo predilecto de la ciudad, don Tomás Valcárcel Deza. Tras una misa, en la iglesia de la lnmaculada Concepción, partió una comitiva desde la plaza de la Constitución acompañada por la Unión Musical Torrevejense y encabezada por el banderín de la Junta Mayor hasta el solar indicado.

La primera piedra fue colocada, como buscando las raíces de la Semana Santa entre la tierra, por el alcalde de Torrevieja, don Pedro Ángel Hernández Mateo, junto al presidente de la Junta Mayor de Cofradías, don Ramón Bernabé Velasco, y el párroco de la Inmaculada, don José Antonio Moya Grau. En una caja de plomo, cerrada por soldadura a la vista de todos los presentes, se introdujeron: monedas de curso legal, diarios provinciales, el semanario «Vista Alegre», el último programa de la Semana Santa y pergaminos con los nombres de los componentes de la corporación municipal, de la Junta Mayor y sus diferente directivas desde su fundación.

Las obras, que comprendían el proyecto global del museo y un aula de cultura, se iniciaron al día siguiente, por la empresa adjudicataria, Cubiertas y MZOV, S.A., entrelazándose en perfecta coordinación, el concejal de urbanismo, don Ángel García Martínez; el arquitecto, don Eduardo Gabriel Elkouss Luski; el jefe de obras de la empresa, don José Luis Delgado Valcárcel y el encargado de la obra, don Antonio Saura Saura (Q.E.P.D), quién desgraciadamente no pudo ver concluida la construcción de la obra que ciertamente tanto le ilusionó. En total, cuarenta personas colaboraron en las tareas de construcción del complejo, que se prolongaron aproximadamente por quince meses.

Un acto multitudinario en el que estuvieron presentes el alcalde de la ciudad, don Pedro Ángel Hernández Mateo; el obispo de la Diócesis, Rvdmo. don Francisco Álvarez Martínez; el embajador de Polonia en España; el presidente de la Junta Mayor de Cofradías, don Ramón Bernabé Velasco; el propio don Tomás Valcárcel Deza; la mayor parte de la corporación municipal; todos y cada uno de los presidentes de las cofradías que componen la Semana Santa Torrevejense, centenares de cofrades y miembros de entidades de la ciudad.

Tras el corte de la cinta, primeramente en el aula de cultura polivalente, y cuando sonaba una marcha procesional desde los instrumentos de los componentes de la Unión Musical Torrevejense, a los sones del Himno a Torrevieja, se abrieron lentamente las inmensas puertas del museo.

El alcalde fue el encargado de efectuar el corte protocolario y monseñor Álvarez Martínez ofició la bendición y una solemne misa de pontifical concelebrada, amenizada en la parte musical por la Coral Juvenil Inmaculada. Mientras las salvas de pólvora resonaban en el cielo.